domingo, 8 de febrero de 2015

Pablo Abril de Vivero

Biografías de peruanos notables

Pablo Abril de Vivero
(Lima1894 - Montecarlo1987) fue un poetaescritor y diplomático peruano, hermano del poeta Xavier Abril y padre del pintor Francisco Abril de Vivero. Fue además un entusiasta promotor de la literatura y el arte; se le recuerda por su gran amistad con el poeta César Vallejo, con quien mantuvo una rica correspondencia durante las estancias de ambos en Europa. Fue también uno de los miembros que fundaron en 1945 el Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas.

CONTENIDO

 [ocultar]

[EDITAR]BIOGRAFÍA

Hijo de Carlos Abril y Borgoño y Amalia de Vivero y Merino, Pablo Abril nació en Lima, el 28 de octubre de 1894. Al concluir sus estudios escolares ingresó a la administración pública, y sucesivamente fungió como amanuense en las subprefecturas de Chancay yHuarochirí (1912), y en la sección de Justicia del ministerio del ramo (1913-1915). Fue secretario del prefecto de Moquegua (1915) y de los ministros de Gobierno (1916-1917) y de Guerra (1918); pasó a la secretaria de la Dirección General de Tiro (1919).
En esos años fue también alumno de la Universidad de San Marcos, en la cual cursó los ciclos correspondientes a las Facultades de Letras, Ciencias Políticas y Administrativas, y Jurisprudencia.
Participó en el grupo que editó la revista Colónida (1916) y que conformaron el movimiento literario de dicho nombre, encabezado porAbraham Valdelomar. Poemas suyos aparecieron en la antología que los “colónidos” publicaron bajo el título de "Las voces múltiples" (1916). Ese mismo año obtuvo también el primer premio en un concurso de madrigales realizado en Lima, que le fue entregado el 29 de abril de 1916.
Se inició en la carrera diplomática, como adjunto a la legación en Buenos Aires (1919 a 1922); fue trasladado a la acreditada en Quito y como segundo secretario pasó a Roma (1922-1929). Con su gran amigo, el escritor y poeta peruano César Vallejo, fundó en París una publicación literaria, La semana parisién, que tuvo efímera vida. Temporalmente apartado del servicio diplomático, se estableció enMadrid, donde editó la revista Bolívar (febrero de 1930 a enero de 1931), quincenario cultural hispanoamericano en el cual colaboró Vallejo, entre otros notables plumas.
De vuelta al Perú, fue bibliotecario del Ministerio de Relaciones Exteriores (agosto de 1935 a mayo de 1937), así como en el Departamento Político (mayo a diciembre de 1937). Sucesivamente fue destinado a la legación en Colombia, como primer secretario (1938-1941); como consejero (noviembre de 1941 a julio de 1945) en Cuba; como Ministro Plenipotenciario en Honduras (1945); y embajador en Uruguay (noviembre de 1945 a noviembre de 1946), México (noviembre de 1946 a octubre de 1948), Bélgica (junio de 1957 a diciembre de 1958), Venezuela (enero de 1959 a julio de 1961) y finalmente, Dinamarca y Suecia (julio de 1961 a agosto de 1962). Falleció en Montecarlo, el 11 de abril de 1987.

[EDITAR]OBRAS LITERARIAS

Publicó dos poemarios de entonación modernista:
El último de ellos fue muy celebrado por César Vallejo en un célebre artículo publicado en la revista limeña Variedades, titulado: “Contra el secreto profesional. A propósito de Pablo Abril de Vivero” (7 de mayo de 1927).
Publicó también en la prensa periódica diversas poesías satíricas, a veces sin firma, así como ensayos y crónicas.
Hay que mencionar también un volumen de Cartas (1975), compilado por José Manuel Castañón, que incluye 114 que le dirigiera César Vallejo y 37 respuestas suscritas por Pablo Abril de Vivero.

[EDITAR]MADRIGAL

A continuación, un ejemplo de sus celebrados madrigales:
COMO SOMBRA IGNORADA
No tener un regazo que nos brinde, piadoso,
tras los rudos cansancios del humano fracaso,
la ilusoria certeza de un sereno reposo.
¡No tener un regazo!
No tener una estrella cuyos níveos fulgores
en el alma nos rimen la sonata más bella,
en la noche enlutada de los torvos dolores,
¡No tener una estrella!
No tener un perfume redentor del cautivo
corazón, que en las redes del pesar se consume,
con la amarga nostalgia del recuerdo más vivo,
¡No tener un perfume!
No tener una amada, melancólica y buena,
que nos cante, muy quedo, la canción ya olvidada
del amor, y que sepa suavizar nuestra pena...
¡No tener una amada!
Y estar lejos, muy lejos del edén florecido;
y seguir siendo triste, soñador, dolorido,
y pasar por la vida como sombra ignorada,
sin tener para el alma que triunfó del olvido,
¡ni regazo, ni estrella, ni perfume, ni amada!...

[EDITAR]

No hay comentarios:

Publicar un comentario